-

-
Breaking News
Loading...

Un testimonio de una joven peregrina

14:07

UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.

 

Antes de empezar a contaros lo vivido el pasado puente, debería presentarme. Me llamo Sandra y soy una joven de 19 años, perteneciente a la parroquia deAlmoharín.

Al igual que el año pasado, se me presentó de nuevo la oportunidad de peregrinar a Guadalupe. El año pasadoya viví esta experiencia que marcó un antes y un después,y aunque este año el tiempo no acompañara mucho (iba a llover durante todo el fin de semana) y nos tocara andar durante varios kilómetros bajo la lluvia hasta llegar a nuestro destino, decidí ponerme en camino junto con el resto de jóvenes que formamos esta aventura. La verdad esque contado así y sumándole el gran cansancio que nos generaría subir todas esas cuestas, cualquiera pensaría que estamos locos ¿verdad? ¿Para qué tanto esfuerzo por ver una simple imagen? Supongo que eso es lo que piense la mayoría de personas que lea esto.

Ahora empezaré a relataros lo vivido durante esos tres días. Teníamos por delante la oportunidad de reencontrarnos con grandes personas y de conocer a otras nuevas, pero sobre todo teníamos la oportunidad de vivir el camino con fe, dejándonos guiar por Él. Y es precisamente por esta gran razón por la que decidí echarme a andar. Y si os soy sincera, esta vez empecé el camino un poco desanimada, con un miles de preguntas sin respuestas y un montón de dudas en la cabeza. Sentía que me estaba alejando de aquello que me había acompañado hasta ahora, estaba dejando a un lado lo más importante, y es que había perdido la confianza en el Señor. Peroa pesar de estar hecha un lío, sentía un gran vacío dentro de mí. Necesitaba encontrarme conmigo misma y con Él, necesitaba acercarme de nuevo. Y aunque al principio titubeé, decidí que era hora de intentar buscar respuestas.

Antes de comenzar el camino, llegó el momento de la confesión, llegó el momento de darse cuenta de que no iba por el buen camino, llegó el momento de pedir perdón por todo lo malo, por mi enfado, por haberme alejado, pero al mismo tiempo manifestando con este gesto mis ganas de volver nuevamente. Creedme si os digo que es ahí cuando os sentís libres, cuando os quitáis de encima todo eso quesobra, que sólo molesta. Y ahora sí, una vez limpia, estabapreparada para comenzar a andar.

En el trayecto vas hablando con unos y con otros, disfrutas de la compañía de los demás y creas vínculos con personas que hasta hace dos días no conocías absolutamente de nada, a través de compartir vivenciascon ellos y ayudarnos mutuamente (cómo se agradece que alguien te dé palabras de ánimo cuando sientes que el cansancio puede contigo). Pero aún me faltaba algo, me seguí sintiendo intranquila. Y fue justo en el momento de la Vigilia, el sábado por la noche, cuando todo cambió. Al ponerme delante de la custodia, de pronto, mis ojos se llenaron de lágrimas. No entendía que estaba sucediendo, pero sentía esa paz y tranquilidad que llevaba buscando tanto tiempo. Y ahora, por mucho que trate de expresar como me sentí en ese momento, no puedo. Es una experiencia que hay que vivirla y sentirla en primera persona, no basta con que alguien te la cuente.

El último día fue el recorrido más difícil, pero ahora con ilusiones renovadas me sentía con fuerzas para todo. Y con una sonrisa en la cara pusimos rumbo hasta llegar a Guadalupe donde, bajo un sol radiante, nos esperaba la Madre que nos había estado protegiendo durante todo el camino.

Sin duda, vivir algo así es algo simplemente indescriptible. Así que para la próxima ya sabéis, no dudéis y poneros en marcha con Cristo pues, si os dejáis guiar, Él siempre estará con vosotros.

 

 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Toggle Footer