¿Qué sientes cuando te pones ante alguien y le dices: Jesús te ama? ¿Qué sientes
cuando llevas a una persona ante el Santísimo y se derrumba por sentirse por primera
su amor en tu corazón?...
Estas preguntas pueden ser respondidas por todos los jóvenes que tras pasar
una inolvidable jornada en la Clausura del Año de la Fe en Guadalupe, se acercaron
juntos a los seminaristas el pasado sábado a la Ermita de la Paz para participar en la
Evangelización en la noche.
Algunos se quedan sin palabras y otros sólo son capaces de describirlo como
la mejor experiencia de su vida. Y es que compartir con los demás la alegría del
Evangelio, como nos ha invitado el Papa Francisco, y el amor de Dios siempre resulta
indescriptible.
Tras una catequesis de formación y una cena en la Residencia de Cristo Rey
acompañados por nuestro obispo, un numeroso grupo de jóvenes comenzó a las diez
de la noche la adoración ante el Santísimo. Tras la imposición y bendición, las calles
de Cáceres se llenaron de jóvenes dispuestos a evangelizar e invitar a ponerse ante la
mirada del Señor. La respuesta ha llenado nuestras vidas, porque el testimonio vivo de
las personas que entraron para postrarse ante el Santísimo nos ha llenado de fuerza para
seguir el mandato de Cristo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”.
Dios siempre nos sorprende porque a su encuentro acudieron multitud de
personas cuyos rostros reflejaban que ese instante puede cambiarles la vida, que estar
cerca de Él siempre puede traernos la felicidad en medio de la oscuridad de la noche.
Queremos agradecer desde la delegación de Infancia y Juventud a todos los
evangelizadores, personas encargadas de la acogida y adoradores, que en una fria noche
de sábado sintieron la fuerza del Espíritu Santo para llevar la noticia de que Jesus nos
ama a tantas personas como hoy lo necesitan.
Os esperamos para nuestra próxima cita de la evangelización en la noche en
Coria. No te pierdas la que sin duda será la mejor experiencia de tu vida.
Testimonios
Hoy voy caminando por la plaza Mayor de Cáceres y se me viene a la mente que tan solo hace
un par de días por la noche estaba yo allí realizando una actividad que me tocó en lo más
hondo de mi corazón.
Yo personalmente cuando me informaron de la actividad lo primero que dije fue no, ya que
tenía otro evento (Final del año de la Fe en Guadalupe con el grupo Scouts Sant Yago) durante
todo el día e iba a estar cansado, pero en el último momento y gracias a la insistencia de
nuestro amigo y sacerdote Padre Fernando, algo me dijo por dentro que debía de ir, hice la
verdad un gran esfuerzo por no venirme abajo y llegue por los pelos a la formación; entorno
a una hora duro, en la cual se nos expuso en lo que iba a consistir la noche. Mientras que
hacíamos tiempo para que llegara la cena, animamos el momento con diversos cantos.
Tras esto se nos invitó a cargar energías con una buena cena, a partir de este momento se nos
unió el obispo de Coria-Cáceres, el cual animo la cena con su buen humor y dedicación a los
Jóvenes.
Tras esto, todos los que nos encontrábamos allí partimos hacia la Ermita de la Paz (sede
de los Jóvenes) a rezar y tener un momento de oración y encuentro con el Señor. En todo
momento con un ambiente de oración y silencio, alternado de vez en cuando con alguna que
otra canción de fondo y que no rompía el clima de paz.
Tras esos momentos para coger fuerzas y pedirle al Señor que nos guiará en esa noche tan
especial, partimos cada uno a cumplir con lo mandado. Había tres grupos con las siguientes
funciones:
1º Grupo: Se quedaba en la Ermita rezando por todas las personas que salían a evangelizar y
por aquellas personas que fueran llegando para que el Señor les diera fuerzas para afrontar sus
problemas
2º Grupo: Personas que esperaban en la puerta para acompañar y guiar dentro del templo a
las personas que fueran llegando.
3º Grupo: Los evangelizadores, jóvenes/adultos por parejas, son aquellos que tienen que ir por
las calles invitando a la gente, en este caso sobre todo jóvenes, a tener un ratito de oración
personal con Dios y pedirle lo que desearan. Para ello se ayudaban en el caso de que fuera
necesario de cruces, estampas, invitaciones…
Yo en un principio, había decidido formar parte del segundo grupo, ya que el primero me
parecía lo fácil y con el tercero me surgían dudas; lo que pasa es que en último momento
hubo un sacerdote llamado Miguel Ángel, que yo hasta la mitad de la noche no descubrí quien
era en realidad, se quedó solo sin pareja para poder salir a evangelizar, ya que tenía cosas que
hacer y había llegado con algo de retraso, no habiendo acudido a las formaciones. Y ahí fui yo,
que levante tímidamente mi mano y allá que nos fuimos.
Empezamos nuestra andadura, a los primeros que paramos tuvimos mala suerte eran de
marketing y no podían moverse de su puesto de trabajo, luego unos jóvenes que tampoco, una
pareja ya crecidita que tampoco. La cosa no marchaba muy bien. Pero gracias a nuestros rezos,
conseguimos que Dios nos escuchara y allí que encontramos a un joven que iba a una fiesta,
pero supo decir que si, a estar un ratito con el Señor.
Tras esto todo fue de corrido, encontramos a gente que no había rezado en su vida y que
deseaba compartir un ”minuto” de su tiempo con el Señor, un grupo de jóvenes (Si, lo he
dicho bien aunque se dijo que a grupos no; con la ayuda de Miguel Ángel, llevamos a unos
cuantos de grupos a rezar; aunque eso nos costase saltarnos alguna que otra norma dicha en
la formación ;) ), gente con tacones de fiesta, incluso una Musulmana que se convenció de que
solo había un sólo Dios, daba igual como se llamase y fue a rezar.
Entre personas y personas yo pude tener algunas conversaciones con Miguel Ángel, la verdad
es que me llego al corazón su modo de actuar y su “cache” con los jóvenes y adultos, yo no
sabía quién era lo acababa de conocer, pero sabía que era un buen tipo. Tras un rato de
conversación y de intercambiar cosas de la vida. Me dijo que era el director del seminario, la
verdad es que no me extraño, por eso tanto gancho y éxito a la hora de atraer a gente para
tener un ratito de reflexión en la Ermita.
Hubo un chico, que en un principio estaba con sus amigos, pero que luego los abandono para
poder hablar con nosotros, más en particular con Miguel Ángel aunque yo también estuviera
presente, el cual entablo un debate con Miguel Ángel sobre lo que la iglesia hacia bien o mal,
Miguel Ángel, lógicamente no dudo y el chico como no sabía quién era Miguel Ángel, saco a la
luz todo tipo de polémicas en torno a la iglesia; pero que nuestro amigo Miguel Ángel siempre
supo contestar y estar a la altura, tanto que aunque el muchacho no fue a rezar por muy poco
se fue a casa con una visión un poco distinta y con el compromiso de que un día vendría con
nosotros a misa. Yo creo que este muchacho se pudo llenar en ese momento del amor de Dios
y todo el tiempo que empleamos con él en ningún momento fue en vano. Es un muchacho con
un gran potencial…, puede llegar tan lejos en el ámbito de la fe,…
Luego ya casi al final, tras haber estado toda la noche por ahí evangelizando, hubo un hombre
que no se podía mover del sitio debido al trabajo que desempeñaba como camarero, que dijo
que iría a misa del día siguiente, pero como conocía a Miguel Ángel de antes, este no se quedó
con las ganas de abrir la biblia que llevaba en sus manos medio escondida, para que la gente
a la que parábamos no se fuera corriendo al vernos y nos diera una oportunidad a acercarnos;
abrió la biblia por donde sus dedos fueron a parar, le leyó la lectura y le explico por qué Dios
había querido que leyera esa lectura en particular, fue un momento súper emocionante. Estoy
seguro de que a este hombre le llego al corazón. Y tanto!!!, porque al día siguiente allí que
estaba en misa de 8 en la Ermita de la paz.
Antes de acabar una anécdota un poco más divertida, que era que una señora que era Atea (O
eso decía) cuando le estábamos contando todo esto nos decía incrédula por la hora que donde
estaban las cámaras, que si era una broma, lógicamente no acudió con nosotros a rezar.
Podría ir persona por persona, pero no acabaría nunca, pero solo añadir que fue una noche
mágica, cargada de emociones y sentimientos.
Me he sorprendido mucho de que acudiera tanta gente a rezar, gente que de verdad tenía
problemas, gracias a este encuentro ha podido desahogarse y poder reflexionar sobre ellos e
irse con una gran paz interior.
Es un evento que se tendría que poder realizar en más lugares y con un poquito más de
frecuencia. Yo personalmente salí renovado de este evento.
He aquí mi humilde testimonio, aunque no pueda nombrar todo lo que ocurrió, siempre cada
momento permanecerá con gran cariño dentro de mi corazón, hasta el más mínimo detalle.
Antonio Narváez López 19 años
En diferentes oportunidades en mi trabajo con jóvenes y adolescentes en diferentes
actividades durante mis años como profesora en colegios, monitora de campamentos,
encuentros, campos de trabajo, acampadas, marchas montañeras etc. Etc. Hemos tenido
adoraciones sin tiempo que realmente marcaban, pero… la última en la Ermita de la Paz de
Cáceres en la Actividad de Evangelizar la noche, de verdad, fue algo impresionante. Que
durante cuatro horas haya jóvenes que sin escatimar donen “su tiempo” al Señor y a favor de
otros jóvenes es algo inaudito. La primera hora que pasamos todo el grupo rezando delante
del Señor fue una gozada; las restante hasta las 2 de la madrugada, ver entrar a jóvenes de
dos en dos, o tres y colocarse a los pies del Santísimo, dejar su lámpara encendida y quedarse
un ratito después allí, quizá no decían nada pero, allí estaban. Creo que para mi será algo
inolvidable. Le pedía al Señor cuando los veía entrar y postrarse a sus pies que los agarrara
de su mano y no los soltara. Espero y confío en el Señor que algunos puedan volver y se
incremente el número de jóvenes comprometidos. Y Felicito a los que allí estuvieron las
cuatros horas y les animo a que continúen con mucho entusiasmo sabiendo que el trabajo por
el REINO, es lo que da la verdadera felicidad y el Señor Jesús el que llena de gozo nuestra alma.
Hna. Rosa María.
Fueron muchos los sentimientos que pasaron por mi corazón la noche del sábado en la
Ermita de la Paz... me quedo con el que compartí en la misma Adoración: la experiencia
de ser Iglesia viva, sabedora de su pobreza y necesidad de Dios, y, al mismo tiempo,
consciente de no poder guardarse para sí misma a Jesucristo, nuestro mayor Tesoro.
Ante el Señor estábamos presentes D. Francisco, obispo de nuestra diócesis, sacerdotes,
seminaristas, religiosos de varias Congregaciones masculinas y femeninas, laicos... a
los que se nos iban uniendo caras nuevas que, invitados por los mismos jóvenes, se
postraban ante el Señor, depositando una pequeña vela encendida.
Gracias a todos los que escuchasteis y respondisteis a la llamada del Señor para compartir
esa noche... Ojalá tengamos muchas más oportunidades como esta, que nos hagan salir
de nosotros mismos y recordarnos que SOMOS IGLESIA que ora, camina y testimonia
unida.
Yoly Delgado
Misionera del Santísimo Sacramento y Mª Inmaculada
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