En esta III Peregrinación a Guadalupe,
hemos vivido una experiencia única donde hemos meditado y reflexionado
como es nuestra Fe y como debería ser nuestra respuesta a Dios.
Nos ayudó a reflexionar sobre este tema
el P. Valentín, sacerdote de la Diócesis de Toledo y párroco de Alia - La Calera,
donde en el tema que impartió en la tarde del sábado nos animaba a ser
coherentes con nuestra Fe y, sobre todo, poniendo de relieve que Cristo
sin nosotros no es nada y nosotros sin Cristo tampoco. Tuvimos también
la oportunidad de escuchar el testimonio de 4 jóvenes de Córdoba, que
estaban peregrinando también a Guadalupe. Este testimonio nos ayudó a
ver cómo la Iglesia es joven y somos más de los que muchas veces los
medios de comunicación nos ofrecen.
El domingo, después de una marcha bella
pero dura, llegamos a Guadalupe, fue muy emocionante encontrarnos por
fin con la Virgen, nuestra Madre.
El Rector y los seminaristas del Seminario Mayor se hicieron
presentes en este día y nos acompañaron en la Sta. Misa en la Basílica
que celebró el P. Fernando Alcázar y donde en la homilía nos animaba a
dar la vida por Cristo, a tomarnos en serio nuestra fe y a ser
evangelizadores de nuestro entorno de la mano de María.
Los jóvenes de nuestra Diócesis hemos
vivido una experiencia única, de la cual damos gracias a Dios y a
nuestra Madre de Guadalupe por ofrecernos esta oportunidad.
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