Antes de ir a Madrid m rezaba para que el Señor me hablara de forma poderosa. Después de esa experiencia maravillosa y renovadora en Madrid, todo me parece distinto. Seguro que el Señor escucha cada oración, porque Él ha plantado una semilla de esperanza en lo más profundo mi corazón.
Más allá de las palabras, si me piden que describa La JMJ:. ¡Ha sido increíble!
Desde el deseo de asistir a la espera de la tramitación de documentos y de este hecho de estar con los demás delegados de todo el mundo era abrumador y un sueño hecho realidad. ¡Lo que parece imposible se hace posible!
Nuestra estancia en Sierra de Fuentes ha sido muy memorable para mí. Me encanta todo sobre ella; especialmente las personas que viven en este municipio humilde. Al principio me sentía muy extraña por tener que adaptarme a una nueva cultura, la diferencia en el horario, en la comida, el lenguaje y, por supuesto, su forma de vida.
¿Cómo se puede sobrevivir en una tierra española cuando las únicas palabras que manejaba con confianza eran “Hola”, “Gracias”, “De nada”, “Siesta” y “Si? Esto puede sonar gracioso, pero en realidad eso es lo que había. Tienes que conectar con la gente del lugar, aunque uno no hable su idioma. Pero sabes qué, Dios hizo que pasara todo lo que sucedió. No puedo decir cómo era de pobre mi español o lo poco que ellos hablaban el inglés, pero lo más asombroso era que Dios estaba presente. Con Él el lenguaje no supone una barrera. Cantamos, bailamos, oramos juntos y nos reímos; porque el Espíritu Santo estaba haciendo su trabajo. Dios quiere que todos seamos uno.
¿Cómo se puede sobrevivir en una tierra española cuando las únicas palabras que manejaba con confianza eran “Hola”, “Gracias”, “De nada”, “Siesta” y “Si? Esto puede sonar gracioso, pero en realidad eso es lo que había. Tienes que conectar con la gente del lugar, aunque uno no hable su idioma. Pero sabes qué, Dios hizo que pasara todo lo que sucedió. No puedo decir cómo era de pobre mi español o lo poco que ellos hablaban el inglés, pero lo más asombroso era que Dios estaba presente. Con Él el lenguaje no supone una barrera. Cantamos, bailamos, oramos juntos y nos reímos; porque el Espíritu Santo estaba haciendo su trabajo. Dios quiere que todos seamos uno.
Me encantan los jóvenes. Cuando uno llega a unirse con ellos y a conocerlos se hace difícil la separación. Ellos fueron muy amables y acogedores. Los quiero mucho, especialmente mis buenos amigos: Iván, Aurora, Nadia, Irene, Montana, Asier, Juan Carlos y el resto de los jóvenes de Sierra de Fuentes. Sus vibrantes personalidades brillan más que el sol. Son encantadores.
Y ¿cómo no llorar cuando te marchas y tienes que decir adiós a un gran y encantador sacerdote de la talla del padre Jesús Moreno. Él transmite ser un hombre de fe y siempre desea lo que es bueno para los jóvenes. El padre Jesús nada, come, camina, espera y nos cuida a cada uno todos los días. ¡Te queremos, padre! Usted siempre tendrá un lugar especial en nuestros corazones.
Los Dias en la Diócesis en Sierra de Fuentes merecen recordarse
La JMJ me había enseñado un montón de cosas: Fue la gracia de Dios ilimitada y nada más. Era la gracia de Dios. Tenía el deseo de ir. Miraba al cielo y no encontraba nada, pero Dios transmite su gracia sin límites y el me la manifestó en España. ¡Sé valiente para evangelizar!
Lo primero que necesita uno saber para sobrevivir en un país extranjero es su idioma. Bueno, al menos lo más importante. Me encantaba saludar diciendo “hola” a la gente que veía por la calle, pero cuando quería decir más ninguna palabra me venía a la boca.
¡Más fuerte!
La JMJ me sacó de mis comodidades y realmente me empujó hacia el límite. Mi fuerza física y la paciencia han sido puestos a prueba. La larga caminata bajo el calor abrasador del sol era un reto para mí. Sin embargo, teniendo en cuenta que estábamos en una peregrinación, y no en unas vacaciones realmente me ayudó a seguir adelante. Ofrezco al Señor, cualquiera que sea el dolor, porque al final de cada día en España podíamos decir "Vale La Pena". Todo esto vale la pena.
La JMJ me sacó de mis comodidades y realmente me empujó hacia el límite. Mi fuerza física y la paciencia han sido puestos a prueba. La larga caminata bajo el calor abrasador del sol era un reto para mí. Sin embargo, teniendo en cuenta que estábamos en una peregrinación, y no en unas vacaciones realmente me ayudó a seguir adelante. Ofrezco al Señor, cualquiera que sea el dolor, porque al final de cada día en España podíamos decir "Vale La Pena". Todo esto vale la pena.
Dar ese paso¡Dios ha sido tan bueno en mi vida! Y nos hace capaces de participar en la obra de la evangelización y la difusión de su mensaje de amor a otras personas, independientemente de la nación, la lengua y la cultura. El nos va a usar a todos y cada uno de nosotros.
Tuve la suerte de cantar durante nuestra última misa en Sierra de Fuentes celebrada por nuestro querido padre Jesús. Yo estaba muy nerviosa por iba a cantar en español, y tenía miedo de cometer un error porque los oyentes que había eran todos de allí.
Y cuando finalmente canté "Te Doy Mi Corazon" Algo raro me sucedió. La canción se convirtió en algo muy personal, me daba cuenta de verdaderamente era la oración que tenía dentro de mi corazón. Este corazón le pertenece a Dios y estoy dispuesto a renunciar a todo por su causa.
Y cuando finalmente canté "Te Doy Mi Corazon" Algo raro me sucedió. La canción se convirtió en algo muy personal, me daba cuenta de verdaderamente era la oración que tenía dentro de mi corazón. Este corazón le pertenece a Dios y estoy dispuesto a renunciar a todo por su causa.
Y, de esta forma, le rezo pidiéndole que su voluntad se convierta en mi voluntad y que me purifique más mientras le sirvo.
Mi único deseo en este momento es ser usada por Dios para servir a su pueblo hasta los confines de la tierra. Que me permita ser y estar inspirada por su ilimitada gracia para ser lo suficientemente valiente con el fin de para evangelizar y tener coraje para dar el siguiente paso.
Padre, dame "Sé el cambio!" (Por Kuh Belarmino, Solteros CFC para la Familia y la Vida)
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